miércoles, 18 de diciembre de 2013

Moxibustión

La moxibustión es un método terapéutico de la medicina tradicional china que consiste en aplicar calor estimulando una serie de puntos del cuerpo, que suelen coincidir con puntos de acupuntura, con el fin de sanar trastornos o enfermedades y conseguir el equilibrio de las funciones fisiológicas.
La moxibustión se utiliza en muchos casos combinada con la acupuntura, pues ambas técnicas no sólo son complementarias y compatibles, sino que pueden potenciar su efecto sanador. Se suelen utilizar para esta terapia los mismos puntos que en la acupuntura, ya que los dos métodos terapéuticos obedecen a la misma tradición médica y responden a los mismos canales de energía.
La palabra ‘moxibustión’ hace referencia al término ‘cauterizar’, es decir “quemar sobre una superficie con un material calentado previamente”. El calor se produce utilizando las propiedades terapéuticas de la raíz de la planta Artemisa, que se prensa en forma de puro o se muele hasta convertirla en polvo para quemarla y que se denomina ‘moxa’.
Esta terapia persigue volver a equilibrar la energía del cuerpo basándose en la teoría de canales. Según este concepto, el cuerpo funciona como un sistema de redes donde fluye la sangre y la energía intercomunicando cada parte del cuerpo, a la vez que las zonas exteriores con las interiores. Debido a múltiples factores, tanto externos (como el frío o el calor) como emocionales, estas energías se desequilibran y se crean excesos o carencias en determinados puntos o zonas. Este desajuste energético se considera el origen de numerosas enfermedades y dolencias. La moxibustión persigue que esa energía vuelva a fluir, armonizando de nuevo la circulación energético-sanguínea. A lo largo de este recorrido existen una serie de puntos, sobre los cuales se aplica el calor, que son utilizados a modo de herramientas de trabajo para restablecer el equilibrio.
La moxibustión es una terapia que puede aplicarse mediante diversas técnicas, cada una de ellas con sus características concretas:

Moxibustión directa o con conos

Se realiza utilizando la planta artemisa prensada en forma de pequeños conos que se colocan en puntos específicos de acupuntura. Después se quema la parte superior y se y se deja que actúe para que transmita el calor a través de las brasas al cuerpo. Debido a que se coloca encima de la piel se llama ‘método directo’. Aunque esta técnica es muy efectiva para estimular el sistema inmunológico, no es la más utilizada, ya que produce pequeñas quemaduras en la piel.

Moxibustión indirecta

Es la técnica de moxibustión más popular de todas, por que produce menos dolor y quemaduras al no ser utilizada directamente sobre la piel. Las sesiones en general sin ser combinadas con otro tipo de terapias alternativas tienen una duración de unos 30 minutos aproximadamente.
  • Moxibustión con puros: para esta técnica se utilizan hojas de la planta artemisa enrolladas en forma de puro. Se enciende su extremo y se dirige a los puntos específicos, manteniendo una distancia de unos 4 cm entre la piel y el puro. También se puede utilizar directamente sobre la piel o sobre láminas de jengibre o ajo. Al no estar directamente en contacto con el cuerpo se le conoce como moxibustión indirecta. También se puede utilizar directamente o sobre láminas de jengibre o ajo. El número de aplicaciones dependerá de la enfermedad o dolencia a tratar. Hay que tener en cuenta que para lograr efectividad se necesita trabajar cada punto durante quince o veinte minutos
  • Moxibustión con reionki: esta técnica se realiza con los llamados reionki; instrumento que presenta la forma de un tubo dentro de otro. En el tubo interior se aloja la Artemisa, y el exterior se coloca en contacto con la piel para no aplicar el calor de forma directa, pero sí hacer que éste se transmita al cuerpo. 


Moxibustión con agujas templadas

Esta es una de las técnicas de moxibustión más populares en Japón y consiste en la introducción de agujas de acupuntura en la piel que llevan insertadas en el extremo opuesto una bolita de artemisa. El calor de la artemisa pasa al cuerpo a través de la aguja. Al contrario de lo que se piensa, la sensación térmica que se transmite al cuerpo a través de la aguja no es grande


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